Cuando alguien empieza a aprender inglés, muchas veces se pregunta: ¿Es mejor que me hablen solo en inglés, o que me expliquen en español también? Es una duda muy común, tanto entre estudiantes como entre padres. Existen dos formas principales de enseñar inglés: la mixta, que combina inglés y español, y la inmersiva, donde todo se enseña directamente en inglés, sin traducciones.
A simple vista, puede parecer que la forma mixta es más fácil. Y en cierto modo, lo es: entiendes más rápido, puedes preguntar en español, y no te sientes tan perdido. Pero esa comodidad puede convertirse en un freno. ¿Por qué? Porque cuando uno se acostumbra a traducir todo, el cerebro deja de pensar en inglés y solo está «pasando palabras de un idioma a otro«. Y eso hace que muchas personas se queden atrapadas en niveles intermedios y nunca lleguen a hablar con soltura.
En cambio, con la inmersión total, el aprendizaje es más natural. Al principio puede parecer más difícil —te sientes confundido, frustrado, como si no entendieras nada— pero poco a poco, sin darte cuenta, empiezas a entender, a reaccionar, a usar frases completas… ¡y sin traducir! Es como cuando aprendiste tu primer idioma: escuchando, viendo, repitiendo y conectando ideas con situaciones reales.
Esto se nota muchísimo en los niños pequeños, entre 3 y 5 años. Ellos no necesitan que les expliquen nada. No entienden reglas gramaticales, ni necesitan traducciones. Simplemente aprenden con el cuerpo, con los ojos, con los oídos… ¡y aprenden muy bien! En entornos de inmersión, su comprensión del inglés crece rápido y, sin darse cuenta, empiezan a usar el idioma con naturalidad.
¿Y los adultos o jóvenes? También pueden beneficiarse muchísimo de este método. Claro que al principio cuesta más —es normal sentirse perdido o frustrado— pero con un buen profesor que tenga paciencia, use gestos, imágenes y ejemplos, todo se vuelve más claro. Lo importante es no rendirse en esos primeros días de confusión. Esa frustración no significa que no estés aprendiendo. De hecho, es una señal de que tu cerebro está empezando a adaptarse.
En resumen: aprender inglés solo en inglés puede parecer más duro al principio, pero los resultados a largo plazo son mucho mejores. No se trata solo de pasar exámenes, sino de poder usar el idioma con confianza en la vida real. Y eso, como padre o como estudiante, es lo que realmente importa.
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